sábado, 4 de diciembre de 2010

Un ensayo

ENSAYO ¿Cuál es el compromiso de la universidad con la formación de nuevas generaciones y la producción de conocimiento propio?
Para analizar el compromiso de la universidad, se debe empezar por el profesor que da ejemplo de compromiso con el conocimiento y lo trasmite, su papel es muy importante, comunica, publica y comparte, debe mostrar a sus alumnos su propia comprensión del material, su capacidad para experimentar y gestionar el crecimiento personal de su alumnado, la enseñanza no solo se escucha, se ve. La enseñanza es un ejercicio, amplio y discreto, el profesor tiene el poder social, físico y psicológico, su autoridad es institucional y carismática.

Nos enfrentamos a una sociedad muy diferente, ha cambiado mucho, ahora es una sociedad de la información y del conocimiento, donde la identidad del profesional sufre un cambio grande. Entran en esta sociedad lo conceptos de flexibilidad y competencias, lo que significa que cada profesional debe asumir una competencia frente a otros profesionales, lo que debe motivar las iniciativas, la creatividad, la innovación de su trabajo y el emprendimiento. Las competencias nos envuelven, como debemos ser como profesionales y que debemos hacer ante los demás.

La información que se obtiene ahora ya no es una noticia, es materia prima de todo tipo de conocimiento. Esta incorporada a los procesos de producción en relación con la invención-aplicación-simulación, es producto de ella misma de un mercado de bienes digitales.

La universidad debe adquirir un compromiso social, cuando asume el rol de productora, transmisora y administradora de los conocimientos dentro de las fronteras de una región o de la Nación. Así, se pone a su servicio y se convierte estrictamente en un bien público, hacia adentro y hacia afuera de la institución. Por un lado, debe ser una herramienta eficaz en la integración y gestante de la igualdad de oportunidades, que en un ámbito democrático sólo posibilita la Educación. Por el otro, presta servicios a la ciencia, la tecnología y a la cultura, pero sin perder de vista que tales objetivos deben ponerse al servicio superior del interés social. Debe, también, hacer hincapié en la gerencia de la acción para pasar del “diagnóstico del deber” al “impacto del hacer”, esto es, la transformación de valores éticos en acciones concretas, pero el conocimiento implica producir, transmitir y transferir lo que se requiere en un momento y lugar, buscando lograr el objetivo perseguido y el impacto de esa acción en el entorno donde se ejecuta.

La universidad debe dar al alumnado herramientas eficaces para poder analizar la realidad y actuar sobre ella, para poder a su vez mejorarla. Al trasmitir conocimiento al lado deben ir los valores, de una forma valiente a un mundo real, que se adapten a los cambios sociales y actuar como líder moderno intelectual, no se debe permitir que quienes debaten su futuro se olviden de la construcción de identidad personal y social, de las relaciones entre personas y entre grupos, de la concepción del mundo y de los mecanismos que lo mueven.

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